Entre colores y emociones

Resumen

Nació el color antes que mi palabra,

cuando las manos del viento acariciaron mi tierra

y los primeros días dejaron su huella

en las paredes únicas de las cuevas.

No hablaban aún con voz, pero el arte ya los nombraba.

Dibujaban bisontes y soles, rostros con mirada de fuego,

y así, sin saberlo,  comenzaron a contar la historia, mi mundo.

Cada trazo era una oración,

cada pigmento de la memoria que no se borraba.

Mi arte fue su primera forma de decir:  “aquí estoy”,

y el eco de mis manos sigue palpitando en cada muro, en cada piedra,

en cada respiro tomo la imagen para pintar mi universo interior.

Mi canto de las raíces

es la tierra que brotaron los colores,

del barrio con su forma, del alma la intención.

Mis pueblos se hicieron pintura,

del tejido, danza, melodía.

En los Andes, mis manos tejieron constelaciones.

Los hilos eran caminos del tiempo,

un lenguaje secreto de mis abuelas sabias

que hablaban con el telar lo que el silencio no decía.

En mis tiempos los tambores hablaron primero,

mi ritmo fue mi impulso antiguo,

contaba la historia de mi pueblo que no se rendía ante el olvido.

En mi universidad los pinceles flotaban como oraciones,

de cada trazo era un soplo del alma,

una búsqueda de equilibrio entre lo visible y lo interno.

Mi sentido de estar sola no era un adorno,

era la raíz que sostenía la memoria,

como un espejo donde aparecía momentos inolvidables que reconocía.

Mi rostro era callado cuando decía:

¿Quién soy cuando miro mis manos?

¿Quién habla cuando pinto un amanecer?

Mi corazón responde con colores y sombras:

de mi historia, mis heridas, mis sueños,

y el eco de mis ancestros que me decían.

Cada obra de mí es un espejo,

refleja lo que soy y lo que tememos que ser.

Cada momento no se juzga solo se demuestra

con infinita ternura, las verdades escondidas bajo la piel del alma.

Mi identidad no es solo manejar o controlar aspectos de mí,

es la forma en que respiramos nuestro pasado

y lo transformamos en una belleza viva.

Cada minuto se ve casas de azul,

cuando quiero me distraigo en la música o cantando,

cuando una persona da motivos para ser alguien en la vida,

vida que me vio crecer poco a poco.

Ahí está esta mi identidad,

latiendo con fuerza, en lo invisible,

pero no en lo presente de mi corazón,

 que no deja de recordar.